La laguna azul es este curioso paisaje, aunque no podemos achacárselo totalmente a la naturaleza pues se trata en realidad de un balneario, cuya laguna es alimentada por una planta de energía geotérmica cercana, que calienta y renueva el agua cada 2 días.
El spa se encuentra
en un campo de lava en Grindavík en la Península de Reykjanes, al suroeste
de Islandia, a unos 13 km del aeropuerto internacional de Keflavik.
Eso sí, las cálidas
aguas son ricas en minerales como el sílice y azufre por lo
que se dice que son curativas, que pueden
ayudar a personas que sufren de enfermedades de la piel como la psoriasis.
Es interesante que, aunque el ambiente pudiera
llegar a condiciones de congelación, la
temperatura del agua en la zona de baño y natación siempre
es agradable.
Además de la laguna, hay una
sauna, baño turco excavado en
una cueva de lava y una cascada de masaje. Una tienda, cafetería y una
terraza que puede captar por bastante tiempo la atención de sus visitantes.
Tanto así, que tiene
cerca de 400.000 visitantes cada año, pero a pesar de que esta
constantemente ocupado, la laguna es tan grande que es fácil encontrar un lugar
privado
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